miércoles, 23 de marzo de 2011

Eva


Es como si el Bosco le hubiese contado a Lewis Carroll toda la magia del jardín de las Delicias, y le hubiese confesado el secreto de lo que, una vez, soñó Eva siendo todavía una niña... es decir, Eva se adentró en un lugar imaginario, entró en sí misma y descubrió que el mundanal ruido existiría aunque nunca hubiese mordido aquella manzana... y es que a veces, encerrada en mi disparatada locura, encuentro vicisitudes análogas que me complacen.

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